Entre la dominación tecnológica y la resignificación cultural: el diseño como campo de lucha contra la colonialidad
Introducción
El diseño no es solo una disciplina técnica, sino un espacio de producción de significados donde se disputan relaciones de poder. A lo largo de la historia, el diseño ha operado como una herramienta para ordenar el mundo material y simbólico, definiendo no solo objetos y espacios, sino también formas de habitar y de relacionarse con el entorno. Sin embargo, en la actualidad, el diseño se encuentra inmerso en un sistema de producción globalizado que reproduce modelos estéticos y funcionales alineados con una lógica capitalista y colonial. Este texto busca explorar la idea de que el tecno-colonialismo impone una visión hegemónica del diseño que margina formas de conocimiento y creación local, contribuyendo a la perpetuación de estructuras de dominación. A partir de las perspectivas de autores como Juan Acha, Bolívar Echeverría y Terry Eagleton, principalmente, se trata de cimentar cómo las dimensiones estética y tecnológica del diseño se entrelazan con procesos de exclusión cultural y dependencia económica en todo aquello que no es el norte global.
El orden significativo
Hoy hablamos de el diseño para la transformación social, el diseño para las transiciones, el diseño para la activación social, el diseño de experiencias, el diseño centrado en el planeta, y muchos otros nuevos enfoques con el que se nombra la disciplina, pero antes de pensar en cualquiera de ellos, y que son los terrenos en donde se mueven la mayoría de quienes hacen diseño en esta época, debemos establecer desde dónde hablamos del diseño.
En un trabajo anterior1 se desarrolló el texto tomando en cuenta al diseño como una herramienta de observación de la realidad con base a las definiciones de Fernando Martín Juez2 y Arturo Escobar3. El diseño es también un productor de significados. Víctor Papanek mencionó que es “el esfuerzo consciente e intuitivo para imponer un orden significativo”4 y es desde ahí es que se partirá para el planteamiento de este texto y del proyecto de investigación doctoral.
La antropóloga Marisol De la Cadena, en su entrevista para el podcast Diseño en Transición, expresó unas preguntas que resultaron detonadoras a las intenciones de este trabajo de investigación: “¿Qué pensamiento piensa el pensamiento? ¿Qué palabras dicen las palabras?¿Qué historias cuentan las historias?”5. Al imponer un orden significativo, como lo dice Papanek, estamos partiendo desde un modelo de pensamiento que usa modelos de pensamiento que definen cómo construimos nuestra realidad. ¿Qué sucede cuando estas realidades son ajenas a la cultura de quien recibe estos significados? ¿Qué sucede cuando esos significados vienen de una estructura de poder? ¿Qué diseño6 diseña7 el diseño8?
El concepto de diseño es mucho más complejo de lo que se piensa coloquialmente. Juan Acha ya expresaba que el diseño era muy fácil confundir con el trabajo simple de diagramar, dibujar o proyectar, que son las nociones básicas de las disciplina9. En este mismo texto, Acha plantea que el diseño es resultado de dos desarrollos: el tecnológico y el artístico; que a su vez son resultado de la expansión del capitalismo, los avances de la tecnología comunicativa, la persuasión y manipulación del estado, y el embellecimiento de productos10. El diseño es un productor de significados, desde lo tecnológico y lo artístico, que determinan formas de hacer y formas de ser.
Lo estético
El diseño siempre ha estado impregnado de una dimensión estética, tanto desde la perspectiva de quienes lo consumen como de quienes lo producen y teorizan. Esta carga del concepto, implica muchas acepciones que no están claras de dónde vienen, Acha, menciona que:
“Los diseños tampoco nacieron hechos y derechos; al igual que las artes y que las artesanías, son fruto de una nueva división técnica del trabajo estético especializado que comenzó a germinar cuando la cultura estética de Occidente, necesitó profesionales capaces de introducir recursos estéticos en los productos industriales[…] Los diseños se alinean como un fenómeno igualmente sociocultural, en general, y estético, en particular.”11
Martha Alfaro, en su texto para el Coloquio Internacional sobre Juan Acha y el Centenario de su nacimiento12, menciona que él establece la distinción entre lo estético y lo artístico como son un par dialéctico de realidades distintas, donde lo primero se relaciona con la sensibilidad y el gusto que concierne a todos los humanos, mientras lo segundo, que es lo artístico, responde siempre a convenciones que implica discursos teóricos que determinen qué es arte y qué no lo es. En este sentido, si bien el diseño no es arte, tampoco está desvinculado de él por estas relaciones dialécticas antes mencionadas, donde la estética juega un papel crucial en su efectividad y en su capacidad para comunicar significados y valores13.
Sin embargo, hay una tensión entre lo estético ante lo político que es importante resaltar. Si hablamos que el diseño se relaciona con modos de hacer y ser, por ende estamos hablando que el diseño es un acto político. Y aquí es donde vamos a incrustar un enunciado de Terry Eagleton que define el enfoque con el que se construye el proyecto de investigación de doctorado:
“Lo estético no es aquí otra cosa que un nombre para el inconsciente político: es simplemente el modo en el que la armonía social se registra en nuestros sentidos y causa impresión en nuestras sensibilidades. Lo bello es simplemente un orden político vivido en el cuerpo, el modo en el que algo llama la atención a la vista y sacude el corazón”. 14
De ahí la necesidad de occidente en incrustar a quienes hacen diseño en las líneas de producción, como lo mencionaba Acha, para insertar formas homogéneas y hegemónicas -lo político– de hacer y ser a través de lo bello15.
Un ejemplo de este planteamiento lo podemos tener a través de una simple interfaz de un sitio web para observar estos ejercicios de poder. La gentrificación16 es una de las dolencias que tienen las poblaciones en las distintas ciudades del mundo. AirBnb, que es una empresa que facilita, a través de una plataforma web, poner a disposición de cualquier persona bienes inmuebles para estancias cortas. Este modelo de negocio tiene como objetivo competir directamente con los altos costos de los hoteles y poner en uso espacios que no están siendo ocupados todo el tiempo. La propuesta de valor enuncia en su sitio web “Cada día, los anfitriones ofrecen estancias y experiencias únicas que permiten a los huéspedes conectarse con las comunidades de una manera más auténtica”17. Sin embargo, lo que ha promovido es el desplazamiento de poblaciones locales en aras de ofrecer a un mayor costo el espacio a poblaciones flotantes extranjeras que pueden traer una mayor derrama económica para la zona. Para la persona que visita el sitio web ese no es tema, es una experiencia estética que le presenta una interfaz limpia e inmaculada a través de tipografías e imágenes bellas (Ver ejemplo 1). Quien diseña perpetúa a través de su práctica este ejercicio de poder a través de un orden significativo de una figura hegemónica.
Se diseña para perpetuar el yo en la experiencia del espacio, reproducirla a través de compartir imágenes en una red social, y que es lo que Eagleton nombra como priorizar la individualidad antes de lo comunal, el nosotros, esa barbarie que se deja entrever en la indolencia aristocrática.18
Se diseña sin hacer cuestionamientos de los ejercicios de poder que hacen los diseños. El compromiso está en dotar de una carga estética y funcional de aquello que se diseña, de ahí lo que mencionaba Acha sobre confundir al diseño con la simple tarea de diagramar, dibujar o proyectar.19
Con la inserción de los medio digitales, ajenos a la época de Acha, encontramos ahora el diseño de interfaz, que a diferencia del diseño gráfico y del diseño industrial, su consumo es más inmediato ya que se realiza a través de una computadora o un teléfono móvil, y que para poder construirlos necesitamos insertarnos en el otro desarrollo que facilita al diseño: la tecnología.
Lo tecnológico
Con el ejemplo anterior de Airbnb, vemos cómo la modernidad capitalista20 es el paradigma dominante, caracterizado por la mercantilización de todos los aspectos de la vida y la imposición de una lógica de acumulación21. Las personas ahora compran más departamentos a precios muy altos en aras de obtener un mayor beneficio económico sin importar a quien se desplace. Bolivar Echeverría lo enuncia de la siguiente manera: “Asimismo, para que cualquier cosa se consuma, usable o utilizable, conocida o exótica, vital o lujosa, lo único que se requiere es que la satisfacción que ella proporciona esté integrada como soporte de la acumulación del capital”22.
Quien diseña es un creador de creencias, como lo llama Bourdieu, en el valor del producto23. Desarrolla su profesión también como víctima de otros ejercicios de poder que la misma dinámica de mercado le impone para llevar a cabo su labor.
Su proceso se limita a reproducir directrices que han sido ya establecidas por otras figuras bajo esta relación vertical de las empresas de tecnología . Google, por ejemplo, pone las reglas de cómo deben verse y utilizarse las cosas bajo la plataforma de Android para teléfonos móviles (ver ejemplo 2 y 3). Y en esa caja oscura de herramientas es en la que se mueve quién diseña.
No hay espacio para la representación cultural de otras realidades, se responde a las necesidades de una aldea global que sucumbe ante la manifestación hegemónica de la tecnología. Boaventura de Sousa Santos dice que “el colonialismo moderno es un componente integral de la modernidad eurocéntrica, que a su vez comprende tres modos principales de dominación: el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado”24, de ahí que lo nombremos aún como colonialidad, tecno-colonialidad.
El diseño en México no sólo sucumbe al capitalismo sino también a la colonialidad25. Está subordinado a las relaciones tecnológicas que están insertadas en su realidad. Se desarrolla en una tecno-colonización donde los productos y servicios que se consumen, vienen del norte global que obliga a asimilar otra cultura.
Esta dinámica de subordinación no es accidental, sino el resultado de una serie de planes de desarrollo económico que han privilegiado la inserción de México en los mercados globales bajo términos dictados por el capital transnacional. Desde el modelo de industrialización por sustitución de importaciones hasta el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)26 y su evolución en el T-MEC27, las políticas económicas han priorizado la atracción de inversión extranjera y la integración a las cadenas de producción globales, lo que ha consolidado la dependencia tecnológica del país. Programas como la Agenda Digital Nacional o las estrategias de innovación impulsadas por el gobierno han estado alineadas con los intereses de grandes corporaciones tecnológicas, promoviendo el uso de plataformas, herramientas y estándares de diseño que responden a una lógica globalizada y no a las necesidades locales. El diseño en México no sólo adopta las herramientas del norte global, sino que también reproduce sus esquemas de exclusión y homogeneización, limitando la posibilidad de desarrollar alternativas tecnológicas que emerjan desde otros modelos productivos situados en la realidad mexicana.
El ejemplo de esta dependencia tecnológica en el diseño hacia la plataforma de Adobe Creative Cloud28. Provoca tanto en el ámbito profesional, como en el escolar la subordinación económica y cultural al mercado. (ver ejemplo 4). Esta forma de servidumbre digital perpetúa la precarización de la mano de obra creativa donde restringe la exploración de otras herramientas y enfoques, priorizando el dominio de la técnica sobre el desarrollo del pensamiento crítico y la creatividad. El valor no está en las capacidades de la tekné sino en la praxis. Esto refuerza un sistema de estandarización de habilidades que no fomenta prácticas de diseño contextualizadas.
Las escuelas y universidades, que se encargan de formar a quienes diseñan, son dominadas a través de programas evaluadores que acreditan los programas académicos que perpetúan este dominio para dar respuesta a la industria solicita (ver ejemplo 5).
Conclusión.
El diseño, lejos de ser un proceso neutral, es un campo de disputa donde se negocian significados, valores y relaciones de poder. La imposición de estándares tecnológicos y estéticos por parte de las grandes empresas hegemónicas de plataformas digitales refuerza una forma de tecno-colonialismo que homogeneiza la producción cultural y debilita las posibilidades de un diseño contextualizado y crítico. Como han señalado autores como Bolívar Echeverría y Pierre Bourdieu, el diseño no es solo una cuestión de técnica o funcionalidad, sino un dispositivo ideológico que moldea la manera en que concebimos nuestra relación con los objetos y el espacio. Frente a este panorama, es necesario cuestionar los modelos dominantes y explorar alternativas que permitan la emancipación del diseño desde una perspectiva decolonial y situada, reconociendo las múltiples formas de conocimiento y prácticas que han sido históricamente subordinadas.
Tal vez el camino sea esta apropiación crítica de los elementos de la modernidad barroca29 de la que hablaba Bolívar Echeverría, para que un país como México, integre la racionalidad moderna sin perder sus propias matrices culturales y simbólicas. Esta apropiación, como proyecto de investigación de doctorado, es que pueda inculcarse desde la formación de quienes diseñan, para que en el futuro inmediato podamos tener actores y actantes que no sucumban ante estas figuras hegemónicas.
Notas
1 Omar Israel Mendoza Rosas (2022), Diseño y complejidad: la observación del proceso de vacunación en la Ciudad de México.
2 “… tener la capacidad de entender, de advertir, los diversos caminos que puede tomar una solución cuando se le marca el rumbo, y de prever las consecuencias de la combinación de elementos tecnológicos con seres humanos heterogéneos, en un ambiente natural susceptible y un sistema cultural peculiar; todos ellos contextos sensibles, no lineales, y estables solo temporalmente”. Fernando Martín Juez (2006), Contribuciones Para Una Antropología Del Diseño, pp. 32-33
3 “… entender los rituales, las formas de hacer y las formas de ser.” Arturo Escobar (2017), Autonomía y diseño: la realización de lo comunal, p. 203
4 Silvio Lorusso (2023), What design can`t do: Essays on Design and Desillusion. p. 15
5 Diseño en Transición (2021), Marisol De la Cadena: Despensando el diseño y el no-solo. 33m24s
6 El artefacto que se diseña.
7 El conjunto de métodos y herramientas que genera el proceso de diseño.
8 El enfoque y posicionamiento de diseño que se use en el proyecto.
9 Juan Acha. (1988), Introducción a la teoría de los diseños. p.14
10 Idem
11 Juan Acha, op. cit, p. 75
12 Martha Eugenia Alfaro Cuevas (2018). Planteamientos teóricos de Juan Acha en la formación profesional de diseñadores en la Escuela de Diseño del INBA. Coloquio internacional Juan Acha, en el centenario de su nacimiento. Práctica de la imaginación crítica 1916-2016, p. 61
13 Fausto Renato Esquivel Romero (2108) El arte y el saber. Coloquio internacional Juan Acha, en el centenario de su nacimiento. Práctica de la imaginación crítica 1916-2016, p. 178
14 ibid p. 55
15 Hay conceptos más profundos como el deseo, la aspiración y lo burgués, y figuras como el dandy, que no tocaremos en este texto, pero que se mantienen en el aire para la realización del proyecto de investigación doctoral y así tratar responder de manera más puntual a estos planteamientos.
16 tr. Urb. Renovar una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, mediante un proceso que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de mayor poder adquisitivo. U. t. c. prnl.
17 Airbnb (15 febrero 2025). About us. https://news.airbnb.com/about-us/
18 Terry Eagleton (2011), La Estética como ideología, p. 68
19 Loc. cit
20 Enfoque que parte desde la Crítica a la Modernidad Capitalista de Bolívar Echeverría.
21 Bolívar Echeverría (2011). Antología, Bolívar Echeverría, Crítica de la Modernidad Capitalista, p. 71
22 Ibid. p. 80
23 Pierre. Bourdieu (2010). El sentido social del gusto. p. 261
24 Boaventura de Sousa Santos (2022). Poscolonialismo, descolonialidad y epistemologías del Sur. p. 43
25 Parte del trabajo de investigación doctoral será si estas relaciones entran dentro de los postcolonial o lo descolonial pensando que podrían ser las primeras porque muchas de estas surgieron después de la independencia pero también saber cuales son mutaciones de lo colonial.
26 Secretaría de Relaciones Exteriores (15 febrero 2025), Tratado de libre comercio de América del norte, .https://portales.sre.gob.mx/mex-can/index.php/tlcan
27 Gobierno de México (15 febrero 2025), Tratado entre México, estados Unidos y Canadá, .https://www.gob.mx/t-mec
28 Solución de Adobe Systems Incorporated, empresa estadounidense, de aplicaciones informáticas para edición de imagen digital, editorial, video y audio principalmente.
29 Bolívar Echeverría. Op. cit, p. 256
Fuentes de consulta
Acha, J. (1988) Introducción a la teoría de los diseños. Ciudad de México, Trillas
Airbnb (15 febrero 2025). About us. Sitio Web. https://news.airbnb.com/about-us/
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de su nacimiento. Práctica de la imaginación crítica 1916-2016. Ciudad de México, INBAL
Diseño en Transición (2021) Marisol De la Cadena: Despensando el diseño y el no-solo. Pittsburgh, https://creators.spotify.com/pod/show/design-in-transition/episodes/EP-11---Marisol-de-la-Cadena-Despensando-el-diseo-y-no-solo-esthbk
Eagleton, T (2011), La Estética como ideología. 2a edición, Madrid, Trotta
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